Época de siembra

El nuevo ciudadano, que ha emergido en la nueva era, la era de la sostenibilidad, se le ha denominado desde aquí “ciudadano moral”. Esta identificación conlleva la exigencia, la demanda y la expectativa de que la sociedad disponga de una actuación, una convivencia y una organización basadas y sostenidas por los pilares de la ética y la transparencia.
Pero para recoger estos frutos, primero hay que sembrar. En la época de siembra, el ciudadano moral actúa desde lo comúnmente conocido como “predicar con el ejemplo”. Esto es, para recibir, primero hay que dar. Y para ello desarrolla una serie de atributos que, de forma secuencial, se detallan a continuación:

  1. Ante un defecto, una injusticia o un problema, ofrece y propone alternativas.
  2. Si no existen alternativas, propone mejoras en el proceso.
  3. Si no existen mejoras, entonces innova en la definición, re-define el proceso.
  4. Y si no se permite dicha innovación, busca la causa inmaterial.
  5. Y propone una reparación de la causa inmaterial, con nuevas “maneras de hacer”.
  6. Y si la causa inmaterial depende de la acción inamovible de otro ciudadano, dialoga.
  7. Y propone avanzar mediante el diálogo en todo lo observado hasta el momento.
  8. Y si no existe progreso alguno, interpela a la razón de la toma de la decisión.
  9. Y mediante el análisis de ese razonamiento, ofrece ventajas con lo observado hasta ahora.
  10. Y finalmente, si hay inacción o rechazo, se adapta a la situación con templanza y saber hacer.

El ciudadano moral adopta el lema: “Somos lo que hacemos para mejorar lo que somos”. Se acaba de constatar en los atributos de la siembra y en su secuencia, la cual se ha basado en el concepto conocido como “la mejora continua”.
Ante una injusticia, como se ha visto, el ciudadano moral intenta mejorar las cosas, ofreciendo alternativas, innovando y generando oportunidades de mejora. Nunca se rinde y, desde el diálogo y el respeto, se busca la mejor manera de solucionar el problema encontrado. No hay que buscar el culpable, hay que buscar las causas que han generado el problema. Las causas, según la secuencia de atributos descrita, primero se consideran materiales, después se consideran inmateriales y, por último, las derivadas de la toma de decisiones.
En la época de siembra, se constata y se transmite el mensaje de que cada acción tiene una reacción y una repercusión en el medio y entorno ambiental y social, pero también económico. Cada ciudadano, en especial el ciudadano moral, debe ser consciente de que sus acciones y sus comportamientos tienen efectos en sus semejantes. Mención especial para los efectos provocados por sus relaciones y en su multitud y diversidad de interpretaciones.
Para minorar esos efectos, el esmero del ciudadano moral será el de utilizar la ética y la transparencia como guía en una triple dimensión: para su comportamiento, para sus relaciones con los demás y en sus decisiones para efectuar unas actividades u otras.
Por lo que se concluye que la época de siembra es, sencillamente, perpetua.

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