Los valores (I): bondad y humildad

En la nueva era, definida como “la era de la sostenibilidad”, todos sus actores individuales y grupales están involucrados en contribuir al desarrollo sostenible. Este hecho trascendental motiva la aparición y consolidación de un nuevo ciudadano, que bajo estas premisas le llamaremos “ciudadano moral”.

Para que el nuevo ciudadano desarrolle de forma satisfactoria su contribución a una sociedad y economía más sostenibles, se dota de una serie de valores, definidos en un código al que en un anterior artículo de este blog se denominó “eticismo”.

La definición que se daba sobre el código era la siguiente: “Es el código en el que se basa el razonamiento sobre el que el nuevo ciudadano fundamenta su conducta y comportamiento. Y se propone en forma de decálogo de valores, los cuales son duales, en el sentido de que se retroalimentan y se apoyan mutuamente”.

En los próximos artículos vamos a analizar este decálogo de valores duales. El primero de ellos es el valor dual “Bondad y Humildad”.

La bondad se define como “cualidad de bueno; natural inclinación a hacer el bien”. El bien, en la teoría de los valores, se define como “la realidad que posee un valor positivo y por ello es estimable”.

La humildad se define como “la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.”

Por lo tanto, el nuevo ciudadano, en su conducta y comportamiento dirigidos a contribuir al desarrollo sostenible, lo hará desde la bondad, convencido que el desarrollo sostenible es “el bien global” pactado por los estados que conforman el mundo, para la sostenibilidad del planeta, de la sociedad y de la economía. Por lo tanto, el propósito que le guía a esa contribución es “per se” definida como positiva por el resto de individuos los cuales, en principio, también están alineados en este propósito.

Además, a la par que con la bondad, el propósito que guía al nuevo ciudadano también será sustentado desde la humildad, potenciando las cualidades para las que el nuevo ciudadano cree que podrá ser más eficiente en su labor, para minimizar sus debilidades de la que es consciente.

La humildad es también una agente de búsqueda de alianzas y sinergias en pro del propósito común de contribución al desarrollo sostenible, pues a partir de las limitaciones que cada ciudadano tiene, busca una solución con la ayuda, colaboración y cooperación de otros ciudadanos con la complementariedad personal y profesional necesarias para llevar a cabo con éxito el propósito que comparten.

Este valor aunado como “bondad y humildad”, implica por tanto que contribuir al desarrollo sostenible es algo que realmente es positivo para todos y, entre todos, se coopera y colabora para llegar al máximo cumplimiento de los objetivos y metas previamente definidos.

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