Una nueva conciencia (VII): organización

En la nueva era, definida como “la era de la sostenibilidad”, a partir de uno de sus aspectos definitorios, se alienta la contribución ciudadana al desarrollo sostenible. Ello ayuda a emerger un nuevo ciudadano, aquí bautizado con el nombre de “ciudadano moral”.

El nuevo ciudadano, en virtud de la mejor consecución de aquél objetivo, se dota de una nueva conciencia, basada en su “modus operandi” y en su día a día con respecto a su conducta social y medioambiental.

Una de las implicaciones que conlleva esta nueva conciencia se materializa en la forma de organizarse en la empresa (u otra organización) en la que desarrolla su actividad profesional.

A partir de todos los párrafos anteriores, lo que se propone como una “nueva organización” en una empresa, se caracteriza por adoptar una serie de acciones, entre las cuales se proponen las siguientes:

Espacios abiertos: progresiva eliminación de los despachos individuales.
Esquemas horizontales: progresiva desaparición del mapa jerárquico vertical.
Formación continua: desarrollo de capacidades, habilidades y competencias.
Motivación: favorecerla mediante incentivos, logros, reconocimientos y ayudas.
Adaptación al cambio: actualización constante de los factores que afectan.
Equipos de trabajo: progresiva huida del trabajo individualizado.
Objetivos por proyectos: progresiva desaparición de los objetivos anuales.
Innovación permanente: fomentarlo mediante espacios, tiempos y actividades.
Ser multidisciplinar: combinar diferentes disciplinas afines.
Empresa saludable: velar por el bienestar, salud y seguridad en el trabajo.
Teletrabajo: fomentar la conciliación laboral y familiar con esta fórmula.
Incentivos no financieros: asociados a logros sociales, medioambientales, ODS, etc.

Al estar inmersos en la Agenda Global 2030, a partir de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible, el nuevo ciudadano enfatiza más si cabe su acción profesional diaria, su desarrollo profesional y también personal para ayudar al logro de las diferentes metas marcadas por los ODS.

Para afianzar estas acciones, es necesario contemplar los facilitadores de las mismas, entre ellos:
Liderazgo sostenible: estilo de liderazgo inequívoco y definido en materia de sostenibilidad.
Comunicación responsable: interacción y diálogo permanentes con los grupos de interés.
Rendición de cuentas: relatar logros y mejoras, pero también deficiencias y problemas.
Ética y buen gobierno: establecer normas de comportamiento y de buen gobierno.
Propósito definido: vincular el objeto social con el deseo de ser socialmente responsable.

Como ya se comentó en un artículo anterior, la sociedad deberá tener la posibilidad de establecer un escrutinio a la empresa para poder validar la contribución de la misma al desarrollo sostenible.

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