Los valores (VIII): solidaridad y generosidad

En la actualidad, la sociedad globalizada está inmersa en el cumplimiento de unos objetivos globales de “Desarrollo Sostenible”. Por ello, desde aquí se constata que estamos ante una nueva era, la “era de la sostenibilidad”.

Por todo ello, ya no sólo se da un predominio y preocupación casi exclusiva en el impacto económico generado, también se valoran los impactos de índole ambiental y social.

Esta preocupación provoca el surgimiento de un nuevo ciudadano, que apoya sin reservas el cumplimiento de los objetivos globales antes mencionados, por lo que contribuye y promueve el apoyo al desarrollo sostenible. A este nuevo ciudadano le hemos propuesto que se llame “ciudadano moral”.

La contribución al desarrollo sostenible supone un nuevo paradigma de actuación, que debe apoyarse en una nueva conciencia global. Ésta se debe apoyar en una serie de valores, aquí propuestos e incluidos en un código que se propuso con el nombre de “eticismo”.

Este código lo componen 10 valores duales, los cuales se están explicando uno a uno en el blog. El octavo valor dual se llama “solidaridad y generosidad”.

La solidaridad se refiere a ayudar sin recibir nada a cambio con la aplicación de lo que se considera bueno. También se refiere al sentimiento y la actitud de unidad, basado en metas o intereses comunes. Es ésta segunda acepción la aplicable a efectos del propósito común de contribuir al desarrollo sostenible.

La generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás sin recibir nada a cambio. La generosidad no ha de estar basada solamente en actos paliativos puntuales, ante desastres o siniestros de todo tipo. Al contrario, incluye las intenciones puras del nuevo ciudadano de mirar hacia fuera para el bien común de la sociedad, o bien de terceros individuos o grupos, y así dar ejemplo a los demás.

Aunando ambas definiciones para el propósito perseguido por el nuevo ciudadano, éste actuará con solidaridad, es decir, será solidario con sus conciudadanos que sienten y piensan lo mismo que él, aunados en la contribución al desarrollo sostenible. Y su actuación será generosa en esfuerzo de tiempo y dedicación, dando ejemplo y siendo referente.

Con estas prácticas promovidas desde este valor dual, se favorece la tarea de implicar, previa explicación, con argumentos y razonamientos de las bondades del apoyo y contribución al desarrollo sostenible, a nuevos ciudadanos y, por tanto, de obtener nuevos apoyos a la causa global.

Hay que remarcar que este valor dual es uno de los valores que más explícitamente valoran la contribución al bien común, además de pensar en el bien propio. Es uno de los cambios más importantes a dar en el cambio de paradigma global.

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