Este es el cuarto artículo de una serie de seis, que trata sobre la gestión de ”La cultura de empresa”.
En los artículos anteriores se establecieron las implicaciones de la gestión de la cultura de la empresa, y de las posibles acciones a implementar que confieren la gestión de la cultura de empresa como una gestión estratégica y, por tanto, de indudable valor. Entre otras cuestiones relacionadas, en el artículo anterior se habló de la gestión de las personas y su incidencia, en función de su posición como grupo de interés identificado.
En el presente artículo se evalúa la gestión sostenible, determinada por la incorporación de la información no financiera a la económico-financiera. Por lo tanto, implica incorporar en la estrategia y gestión a la RSC, Responsabilidad Social Corporativa.
La gestión sostenible, a vincular y alinear con la cultura de empresa, implica tener en cuenta los siguientes aspectos en la estrategia y gestión de la empresa:
– Incorporar los criterios sociales, laborales, éticos, ambientales y de respeto a los derechos humanos, a los criterios estrictamente económicos.
– Incorporar el análisis de los grupos de interés (se detalló en el artículo anterior, con la gestión humana).
– Tener en cuenta la ética y la transparencia a la hora de tomar las decisiones, en función de los aspectos anteriores (análisis ex – ante).
– Rendición de cuentas a partir del impacto de la actividad generado a los grupos de interés en particular, y a la sociedad en general (análisis ex – post).
– Comunicación interna: debe ser bidireccional, fomentando la participación de los empleados a todos los niveles, áreas y competencias. Se busca la alineación con la sostenibilidad y la RSC.
– Comunicación externa: deber basarse en la interacción y el diálogo permanentes, con la posibilidad de escrutinio de los planes y programas de RSC desarrollados.
La gestión sostenible, como un atributo de la cultura de empresa ya incorporado, ofrece una serie de oportunidades, entre ellas, las siguientes:
– Generación de una ventaja diferencial y competitiva, mediante un estilo tanto dirección como de gestión, propio y definido, a partir de la apuesta por la RSC.
– Generación de valor intangible, como puede ser la imagen de empresa y marca socialmente responsables.
– Generación de valor compartido, en el que los grupos de interés ayudan a minimizar el impacto ambiental generado, a la par que la organización genera valor social (laboral, ético, social, etc.).
– Generación de valor tangible, como puede ser la retención del talento o la fidelización de clientes, así como el incremento de la implicación de los grupos de interés con el “core business”.
– Innovación responsable y sostenible: incorporar los criterios ambientales, sociales, etc., a los procesos de I+D+i, pudiendo ofertar mejoras en productos / servicios / procesos / materiales, etc.
– Fomentar a la cadena de valor, la incorporación de los aspectos de la gestión sostenible, valorando la posibilidad de establecerlo como un criterio de contratación.
Desde Responsablia, como consultoría en asesoría, formación y sensibilización en materia de RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad, ayudamos a incorporar e integrar en la estrategia de la organización la RSC y, en concreto, a definir las claves que deben conformar la cultura empresarial en la organización, para ser compatibles con un propósito responsable y sostenible.