La empresa y el impacto social (III): medición del valor social generado

n17_editorial_octubre-2016

 

Este es el tercer y último artículo que ha tratado la temática referida a “La empresa y el impacto social”.

En el primer artículo se comentó que la evaluación del impacto social generado por la actividad de la organización es uno de los pilares sobre los que se apoya la RSC, Responsabilidad Social Corporativa. Con la proclamación pública del compromiso, de la contribución y del propósito tanto de la RSC en general, como de la acción social en particular, la organización obtiene la denominada “licencia social para operar”.

En el segundo capítulo se mencionan las principales acciones y programas que la organización desarrolla para dar cumplimiento a la proclamación pública en su triple manifestación, tanto a nivel interno como a nivel externo.

En el presente artículo se desarrolla la necesidad de la medición del impacto social de la RSC (y que se puede extender al impacto medioambiental). Es necesario medir ymonetizar” el impacto social por, entre otras argumentaciones, evitar la existencia de “greenwashing” o marketing reputacional no sustentado sobre la RSC. La estrategia en RSC en su ámbito social, su medición supone el denominado “valor social generado”, que es el resultado generado por la estrategia de RSC llevada a cabo en su ámbito social, que implica la generación de mejoras en la vida de las personas, de la comunidad dónde se opera o de la sociedad en su conjunto.

Existen muchas metodologías que tratan de medir el impacto social, pero el propósito de este artículo es reseñar la necesidad e idoneidad de efectuar esta medición. Se justifica por los siguientes argumentos, que suponen una evidente generación de valor para la organización:

  • Requerimientos de los inversores (donantes, accionistas, propietarios, etc.).

  • Factor diferencial y benchmarking en su sector de actividad.

  • Mejora continua de los productos & servicios ofrecidos.

  • Mejora continua en los procesos & procedimientos internos, indicadores de gestión.

  • Identificación de aspectos esenciales para los grupos de interés.

  • Mejora en la relación e involucración de los grupos de interés.

  • Incremento del valor intangible de la organización.

  • Mejora de la reputación corporativa y de la imagen de marca.

  • Mejor acceso a nueva financiación exterior, incluso por programas y acciones.

  • Mejor asignación de gastos, recursos y procesos.

  • Posibilidad de obtención de mejoras fiscales, ayudas o subvenciones públicas.

  • Consolidar la estrategia y la identidad corporativas.

Lo que no se mide no se puede mejorar” (frase atribuida a Peter Drucker). A pesar de la multiplicidad de metodologías existentes, desde aquí se defiende una metodología “ad-hoc” que contemple el ciclo de mejora continua, con los siguientes apartados:

  1. Planificar: las acciones a realizar, los grupos de interés afectados y establecer indicadores.

  2. Hacer: efectuar las acciones y programas, recoger toda la información y efectuar registros.

  3. Evaluar: análisis de la información y evaluación de los resultados obtenidos.

  4. Revisar: comunicar los resultados, tomar decisiones, establecer metas y re-iniciar el proceso.

Desde Responsablia, como consultoría especializada en materia de RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad, a partir de la incorporación de la RSC en las organizaciones, ayudamos en la gestión del impacto social, con acciones de asesoría, formación y sensibilización que, entre otros beneficios, otorga a la organización la “licencia social para operar”.

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