En la nueva era, conocida con el nombre de “la era de la sostenibilidad”, se configura con la aparición de un nuevo ciudadano, que incorpora los atributos definitorios de aquélla, y aquí se le ha dado el nombre de “ciudadano moral”.
La nueva era implica adoptar una nueva conciencia basada en evaluar y tener en cuenta de forma constante, además del impacto económico, el impacto social y medioambiental que genera nuestra actividad diaria. Como se explicó en el artículo anterior, la manifestación de la nueva conciencia implica la competencia de contribuir al desarrollo sostenible.
El nuevo ciudadano, a la hora de integrarse en una organización, con independencia del objeto social que lleva a cabo, y con el requerimiento expreso de obtener una contraprestación económica, va a valorar cada vez con más determinación, utilizando el criterio de la sostenibilidad, el impacto que genera la actividad de la organización, en su triple vertiente económica, ambiental y social.
De forma más o menos acusada, con mayor o menor velocidad, con mayor o menor énfasis y determinación, las organizaciones incorporan la nueva conciencia emergente.
Y el nuevo ciudadano deberá desarrollar unas aptitudes específicas acordes con la nueva era y conciencia emergentes. En función de su aplicación, se proponen las siguientes:
– A nivel personal: conocimiento multidisciplinar, aprendizaje continuo, búsqueda de referentes, conexiones e interacción en las redes sociales e internet, etc.
– A nivel organizacional: conocimientos requeridos para el puesto de trabajo, competencias para el trabajo en equipo, habilidades de liderazgo, honestidad e integridad, comunicación persuasiva, sensible y adaptable al cambio, creativo y abierto a la innovación, etc.
Por lo tanto, las aptitudes que, para la vida diaria, el nuevo ciudadano desarrolla para lograr una mejor contribución al desarrollo sostenible, se proponen las siguientes.
– Conocimiento de varios idiomas.
– Conocimiento de las nuevas tecnologías en información y comunicación.
– Conocimiento de aplicaciones móviles y sus efectos.
– Conocimiento de las redes sociales, y su actividad diaria.
– Acceso a diferentes fuentes de información, convencional y digital.
– Actividades de voluntariado.
– Prácticas saludables y de respeto con el medio ambiente.
– Conocimiento de las mejores prácticas, de referentes.
Las aptitudes propuestas se consideran necesarias y se incorporan en el nuevo ciudadano, en su ADN, y son la piedra angular que complementa y completa sus conocimientos técnicos y profesionales (formación superior), sus conocimientos básicos (cultura general) y su ciudadanía (educación).
La combinación de todos ellos configuran la idoneidad en el desarrollo de una determinada actividad, que se lleva a cabo con respeto (educación), saber hacer (cultura general), pericia (formación superior) y sostenibilidad (nueva conciencia).