En la era de la sostenibilidad se gesta el nuevo ciudadano, aquí bautizado con el nombre de “ciudadano moral”. Una característica fundamental del nuevo ciudadano es que tiene un propósito que le guía. Recordamos cuáles son los elementos que componen el propósito: la misión, la pasión, la vocación, la profesión y el reconocimiento.
En los artículos anteriores se explicaron la misión, la pasión y la vocación. En el presente artículo se analiza el siguiente elemento del propósito: la profesión.
La profesión supone la forma en cómo se va a materializar y llevar a cabo la misión que define el propósito. Con anterioridad, se habrán localizado, analizado y alineado con la misión, tanto la pasión como la vocación. Una misión fuertemente arraigada implica una sólida alianza de la pasión, pero el factor diferencial que hará que la profesión elegida sea una u otra vendrá dada por el análisis previo y la elección de la vocación.
A partir de la definición dada en el artículo anterior de la vocación, ésta supone el estado previo necesario para poder ejercer la profesión.
Las facultades que se necesitan para poder desarrollar la profesión son las siguientes:
- Adquisición de los conocimientos necesarios, estudios y titulaciones requeridos (saber).
- Adquisición de habilidades personales para la mejora y especialización en su desarrollo (saber hacer).
- Adquisición de aptitudes específicas (poder hacer).
- Adquisición de actitudes concretas (querer hacer).
- Adquisición de conocimientos transversales, como son la ética y el respeto a los Derechos Humanos (respeto a los demás).
- Adquisición de conocimientos de gestión de riesgos y de impactos (respeto al medio).
- Adquisición de habilidades relacionales y comunicativas (interacción con los grupos de interés).
- Adquisición de competencias generadoras de valor compartido (bien común).
Ya se mencionó con anterioridad que, a nivel interno, el nuevo ciudadano busca tanto un crecimiento interior (bien propio) como un aporte a la mejora de la comunidad con la que interactúa y se relaciona (bien común).
En el crecimiento interior estarían las 4 primeras facultades definidas para el desarrollo de la profesión, mientras que en el aporte a la mejora de la comunidad estarían las 4 siguientes facultades.
A la hora de elegir una profesión, se tienen en cuenta una serie de factores, que son los siguientes:
- La existencia de alternativas o variantes adicionales, sinergias, alianzas y otros tipos de valor añadido, añadiendo más posibilidades de diferenciación.
- La gestión del tiempo y de los recursos, a partir de los requerimientos y de las exigencias que emanan de las facultades ya mencionadas.
- El toque personal a partir de habilidades que se tienen de forma innata, o que se reconocen por los demás, en la etapa de crecimiento.
- La carrera profesional, con posibilidad de reconocimiento.
Éste último apartado, el reconocimiento, se explica con detenimiento en el próximo artículo, pues constituye el último elemento del propósito.