La actualidad, “la era de la sostenibilidad”, viene definida por uno de los compromisos globales a los que la sociedad se enfrenta, la consecución de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible. Dichos objetivos definen la denominada Agenda 2030, en la que se implican los diferentes estados, gobiernos, comunidades, grupos de interés, sector privado y resto de organizaciones. Éstas últimas, para adaptarse a la agenda, se transforman generando una nueva identidad que, a su vez, genera la aparición de una nueva empresa, que se propone con el nombre de “empresa disponible”.
El denominador común que tienen las empresas a la hora de definir su contribución al Desarrollo Sostenible, es la incorporación de la RSC, Responsabilidad Social Corporativa, en la estrategia, gestión y operación de cada una de ellas. Supone incorporar los riesgos y las preocupaciones sociales, ambientales, laborales, éticos y de respeto a los derechos humanos a las decisiones y las actividades que desarrollan las empresas.
Las decisiones y actividades afectan a los grupos de interés que tienen relación con la empresa. Ésta los identifica, prioriza en función de su relevancia y elige la mejor forma de mantener un diálogo y comunicación permanentes.
El grupo de interés que se analiza en el presente artículo es el de “El Medio Ambiente”.
Las acciones generadoras de impacto medioambiental tienen la siguiente propuesta de tipología:
– A nivel interno: acciones que generan impacto mediambiental interno por la cadena de producción. Suponen decisiones a nivel interno en los procesos y procedimientos que definen, entre otros aspectos, cuestiones como el consumo de materiales, energía, gestión de residuos, etc.
– A nivel externo: acciones que generan impacto medioambiental en la producción, aprovisionamiento y venta de productos. Implica la gestión de la cadena de valor externa y las decisiones que toman (similares a la perspectiva interna, aplicables a las diferentes empresas contratadas).
Los grupos de interés afectados son, desde los empleados y resto de personas que desempeñan tareas dentro de la empresa, hasta la comunidad local en la que la empresa está instalada.
El grupo de interés conocido como “Medio Ambiente” viene definido desde una doble perspectiva:
– Las decisiones y acciones que definen la actividad de la organización que, entre otros aspectos, genera impactos de índole medioambiental. En último término, supone una comunicación a través de la conocida como “memoria de sostenibilidad”.
– Los analistas, expertos, auditores, ONGs y resto de actores que tienen como función la de medir, analizar, valorar y, en último término, aprobar o reprobar aquéllas decisiones y acciones.
La conexión entre ambos se produce cuando existe un escrutinio de estos actores respecto a la información medioambiental contenida en la memoria de sostenibilidad. Su aprobación es un elemento que confiere a la empresa la denominada “licencia social para operar”.