Los valores (IV): entusiasmo y alegría

La actualidad, la “era de la sostenibilidad”, viene definida por uno de sus principales objetivos globales, la contribución al desarrollo sostenible. La manera (aptitud) y el esfuerzo (actitud) en que una persona contribuye al mismo a dado lugar al surgimiento de un nuevo ciudadano que, bajo este contexto, se le denomina “ciudadano moral”.

Para poder contribuir al desarrollo sostenible, el nuevo ciudadano, en sus múltiples capacidades, roles, facetas y actuaciones, debe dotarse de una serie de valores. Éstos ya se expusieron en este mismo blog, en un código que se propuso con el nombre de “eticismo”.

El código consta de “diez valores duales”. El cuarto de ellos es el valor dual denominado “entusiasmo y alegría”.

El entusiasmo se define como “la exaltación y la fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo admire o cautive”. También significa “la adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño”.

La alegría se define como “el sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores”.

Se ha constatado que, en la actualidad, el nuevo ciudadano tiene que cumplir, en sus diferentes planos de actuación (principalmente el profesional y el personal), con su contribución al desarrollo sostenible y, en el óptimo, su fomento, difusión y propagación.

Por lo tanto, tanto en su comportamiento, en su actitud y en sus relaciones profesionales y personales, con sus diferentes grupos de interés y en sus diferentes círculos de conocidos, tiene que transmitir este convencimiento a que todas y cada una de las personas que forman parte de la comunidad local en particular, y de la sociedad en general.

Todas ellas deben conocer y valora su contribución al triple objetivo global del desarrollo sostenible: la sostenibilidad de la sociedad, la economía y el planeta.

Si esta acción a llevar a cabo por el nuevo ciudadano se acompaña de entusiasmo y alegría, hay un gran camino recorrido, ya que la adhesión a esta causa con convencimiento contagia fervor y admiración.

Dichos aspectos que surgen a través de una relación con las personas con entusiasmo y alegría, suponen un ingrediente esencial para lograr la más que probable incorporación de nuevos ciudadanos a la causa común.

Si las acciones, sus fundamentos, razonamientos, explicaciones y evaluación vienen acompañadas de una buena actitud visibilizada a través de entusiasmo y alegría, generan una mayor probabilidad de aceptación y, como mínimo, atención por parte de los interlocutores, que valorarán aquéllas con mayor probabilidad de adhesión.

Por lo tanto, la incorporación de nuevos ciudadanos a la contribución al desarrollo sostenible, no sólo viene determinado por los beneficios ingentes que se puedan explicar, sino por cómo son explicados. Una fórmula propuesta es la de explicarlos con entusiasmo y alegría.

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