Los grupos de interés (XVI): la sociedad

Hay un consenso generalizado en que estamos en una nueva era, “la era de la sostenibilidad”, en gran parte motivado por la aprobación en septiembre del 2015 en la sede de la ONU, de los “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, que configuran unas metas a alcanzar en 2030.

Un actor primordial para actuar de forma adecuada para el fomento del desarrollo sostenible es la empresa. Y dicha actuación pasa por tener presente el impacto que genera por su actividad y decisiones. En concreto, tener en cuenta su incidencia a nivel económico, social y medioambiental.

Para ello se desarrolla una nueva empresa, que desde este blog se propone con el nombre de “empresa dispuesta”. Se cambia de nombre, porque “empresa dispuesta” implica una buena predisposición de ánimo necesaria para el objetivo propuesto de contribuir al desarrollo sostenible. Creemos que esta re-definición es más acorde con la empresa emergente, guiada por los valores de la sostenibilidad, la ética y la transparencia.

El método comúnmente aplicado para atender el impacto que la empresa genera en la sociedad, en la economía y en el planeta, es aplicar la RSC, Responsabilidad Social Corporativa, en su estrategia, gestión y operación.

Uno de los pilares en la gestión de la RSC es la relación, comunicación e interacción con los diferentes grupos de interés con los que la empresa tiene influencia o es influenciada.

El grupo de interés que se desarrolla en el presente capítulo es “La sociedad”.

Una empresa deberá tener presente, al abordar a este grupo de interés como “a un todo complejo y diverso, pero localizado en una zona geográfica concreta” (lo más natural es un país), entre otros los siguientes aspectos:

  • Localizar tendencias: nuevas maneras de hacer, como el auge del e-commerce.
  • Localizar influencers: como los bloggers, los youtubers, etc., más seguidos.
  • Localizar cambios: en nuevos productos, en formas de consumo o de organizarse, etc.
  • Localizar las mejores prácticas: en producción, en consumo, en colaboración, etc.
  • Localizar innovación: en productos, en servicios, en start ups, disrupción, etc.
  • Escuchar a los think tank: foros de pensamiento diversos con los mejores ponentes.
  • Identificar hechos virales: en vídeos compartidos, sus comentarios y sus consecuencias.
  • Identificar pautas de comportamiento: sus causas, sus efectos, comparar con lo anterior, etc.
  • Identificar hechos singulares: logros deportivos, actos de supervivencia, curas milagrosas, etc.
  • Prever el futuro: a partir de todo lo anterior.

La sociedad de la información y la comunicación instantáneas ha cambiado la forma de relacionarse y de comunicarse. La empresa, además de pensar en la digitalización y el actuar en las redes sociales, debe repensar de forma constante la adecuación e idoneidad de sus productos y servicios. Y un rasgo a contemplar de forma imprescindible es el factor sostenibilidad.

Las nuevas generaciones, con sus nuevas maneras de hacer y de pensar, están revolucionando las maneras de consumir, pero también las exigencias hacia las empresas. La anticipación, definiendo a la sociedad con sus rasgos más definitorios por segmentos de población, será un elemento crucial para las empresas. Y el elemento sostenibilidad es ya uno de los más importantes.

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