Los nuevos grupos de interés (II): los prosumidores

En el marco actual de la sostenibilidad, las empresas cada vez más, ya sea de forma directa (incorporar la RSC en su estrategia, gestión y operación) como indirecta (cadena de suministro, presión de los clientes, de los inversores, etc.), deben comunicar sus objetivos y metas con respecto al triple impacto generado por su actividad.

El marco global que promueve una contribución de las empresas y resto de organizaciones al desarrollo sostenible, lo conforma la denominada “Agenda 2030”, aprobada en septiembre de 2015 por la ONU de forma unánime, estableciendo 17 ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En este contexto, las empresas tienen, como uno de sus elementos de gestión fundamentales, la gestión de los grupos de interés. Se tienen que identificar, priorizar y establecer métodos idóneos de comunicación, diálogo y relación fluida, constante y basado en la confianza mutua.

Pero hay que tener en cuenta, además, la aparición de unos “nuevos grupos de interés”, que corresponden a nuevos actores externos que pueden influenciar la correcta actividad llevada a cabo por las empresas. Esta vez le toca el turno a los denominados “prosumidores”.

Según la definición de Wikipedia, “el comportamiento del prosumidor indica tendencias emergentes, tendencias que las organizaciones deben gestionar adecuadamente participando de forma activa en los medios sociales (sin abandonar los medios tradicionales), dando a conocer sus prácticas asociadas a la sostenibilidad, y adaptándose a los nuevos códigos de servicio. Asimismo, se trata habitualmente de un consumidor exigente, que es capaz de evaluar los pros y contras de la elección de diferentes tipos de tecnología, obteniendo la información por sus propios medios o formación”.

Por lo tanto, un prosumidor puede aportar a la empresa, diferentes roles:

  • Ser comunicador: informa del correcto uso y consumo del bien y/o servicio.
  • Ser agregador de valor: añade las mejores prácticas, ahorros y actuaciones, con seguridad y eficiencia.
  • Ser prescriptor: valora positivamente ese producto y/o servicio (en términos de sostenibilidad).
  • Ser detractor: lo contrario a ser prescriptor, valoración negativa.
  • Ser disruptivo: promover alternativas de uso y de consumo, con mejoras en su impacto social y ambiental.
  • Ser influencer: proponer una contribución social al uso y consumo del bien y/o servicio (marketing con causa, evento patrocinado, etc.).

La figura del prosumidor, desde aquí se propone que sea no auspiciada ni promovida desde la empresa, debe surgir de forma natural. De todas formas, se pueden establecer promociones (descuentos, regalos, etc.) para los consumidores que quieran convertirse en prosumidores, compartiendo sus experiencias de uso y de consumo, eligiendo uno de los roles anteriormente indicados.

No obstante, en ambos casos (de forma natural o de forma guiada), se tiene que transmitir a la sociedad un atributo que tiene que ir asociado siempre a la actividad del prosumidor: la credibilidad.

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