Los valores (IX): creatividad y aprendizaje

Uno de los aspectos que definen a la sociedad actual, es la preocupación por los impactos que la producción y el consumo generan a nivel económico, social y ambiental.

Por lo tanto, se conviene desde este blog que la nueva era es “la era de la sostenibilidad”.

En este contexto surge un nuevo ciudadano preocupado por los impactos que el actual desarrollo económico provoca en la economía, en la sociedad y en el planeta.

Por lo tanto, el nuevo ciudadano contribuye el desarrollo sostenible, y lo hace con sus actos, conductas y comportamientos. Este nuevo ciudadano, desde este blog se le propone que lleve el nombre de “ciudadano moral”.

Para promover un desarrollo más sostenible, el nuevo ciudadano tiene que dotarse de una serie de valores sobre los cuales se sustentan nuevas actitudes en las que se basan los actos, conductas y comportamientos antes mencionados. Los valores en este blog se propusieron de forma dual, incluidos en un código que se bautizó con el nombre de “eticismo”.

El código lo componen 10 valores duales, los cuales se están desarrollando de forma separada en el blog. El noveno valor dual se llama “creatividad y aprendizaje”.

La creatividad se refiere a la facultad de crear, la capacidad de creación. Crear supone fundar, establecer, introducir por primera vez algo.

El aprendizaje se refiere, en nuestro contexto, a la adquisición por la práctica de una conducta duradera.

Por lo tanto, el nuevo ciudadano, firmemente convencido de la necesidad de fomentar, promover y contribuir al desarrollo sostenible, aplicará la creatividad y el aprendizaje para afianzar esa ingente tarea que, junto con otros actores sociales, llevará a cabo.

La creatividad servirá para encontrar soluciones a los desafíos que provienen de la producción actual de diferentes sectores de actividad económica, del consumo intensivo, del trabajo estresante, de los residuos generados, etc. Se ofrecerán soluciones en forma de alternativas tales como la economía circular, la economía colaborativa, el consumo consciente, el trabajo decente o la obtención de eficiencia energética a través de energías renovables.

Muchas veces, las alternativas propuestas deben de venir acompañadas de la voluntad de hacer las cosas de otra forma, lo que implica un aprendizaje en su sentido más extenso, que el nuevo ciudadano adquiere, teniendo en cuenta que una característica que le define es que es propenso al cambio. Y este cambio se da en su conducta, para ser sensible y dar apoyo al desarrollo sostenible.

Las conductas se deben enseñar, con argumentos en forma de resultados a partir de indicadores de logros, metas y objetivos alcanzados en, por ejemplo, un ahorro de costes, de energía, de residuos, absentismo laboral. o mejoras en la retención del talento, confianza del cliente, etc.

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