La sociedad actual vive una época de cambio de paradigma. Uno de sus atributos que lo definen es el postulado de “la era de la sostenibilidad”. Y se rige por la contribución al desarrollo sostenible de cada ciudadano, en sus acciones, comportamientos y relaciones. Ante este contexto, surge un nuevo ciudadano, que aquí denominamos como “ciudadano moral”.
Para poder llevar a cabo su misión de contribuir de la mejor manera posible al desarrollo sostenible, a partir de sus capacidades, habilidades, aptitudes y, por supuesto, actitudes y expectativas, se dota de una serie de valores, los cuales se están explicando en esta serie de artículos.
La relación de los valores propuestos, constan en un código, ya explicado con anterioridad en este blog, que se propuso con el nombre de “eticismo”.
Dicho código consta de 10 valores duales. El quinto valor dual es el siguiente: “credibilidad y confianza”.
La credibilidad significa tener la cualidad de creíble. Implica “tener a alguien por veraz”. Ser veraz significa “que dice, usa o profesa siempre la verdad”.
La confianza se define como “la esperanza firme que se tiene de alguien o algo”.
Para generar confianza y credibilidad, el nuevo ciudadano, en su esfuerzo por contribuir al desarrollo sostenible, tiene que ser ejemplo de que con su comportamiento y actuación constantes en esa dirección, se obtienen unos beneficios que repercuten positivamente en la economía, la sociedad y el planeta.
Y estos beneficios, hay que explicarlos, con documentación, con información y con comunicación que suponga una verdadera rendición de cuentas de su actividad. Ello implica ser ético y transparente, es decir, explicar qué ha ocurrido, cómo ha ocurrido y qué impacto ha provocado cualquier situación que se haya llevado a cabo.
Todos los esfuerzos llevados a cabo, no siempre llevan a resultados inmediatos, a objetivos prefijados o a logros estimados. Es especialmente en estos casos cuando hay que vencer la opacidad, la confidencialidad, la “post verdad” y otros “trucos” para no informar y comunicar sobre ello. Supone un paso atrás evidente en la generación de confianza y credibilidad hacia el exterior, hacia las personas que quieren recibir datos, muestras, información y pruebas palpables y escrutables sobre las bondades de los beneficios que se obtienen con las acciones que se llevan a cabo para contribuir al desarrollo sostenible.
Muchas veces los esfuerzos personales son insuficientes, y hay que establecer alianzas con otros actores, grupos de ciudadanos, entidades o representaciones de la sociedad civil. Y estos apoyos se obtienen de forma mucho más efectiva siendo creíble y generando confianza.
Por lo tanto, para conseguir los objetivos que se persiguen, hay que fomentar y transmitir credibilidad y confianza. Y la única manera de hacerlo es con un comportamiento ético y transparente, de forma permanente.