Empresa y Derechos Humanos (III): la diversidad

n6_Editorial_octubre 2015Este es el tercer artículo con el que se concluye la serie de tres artículos dedicados a “La empresa y los Derechos Humanos”.

En el presente artículo se pretende analizar una herramienta de gestión empresarial conocida como la gestión de la diversidad. Si esta gestión se lleva a cabo de forma correcta, a partir del cumplimiento normativo, y con el impulso adicional que le confiere la adopción de la Responsabilidad Social Empresarial como paradigma de gestión en la empresa, la misma está en condiciones de reportar positivamente en el aspecto de respeto a los Derechos Humanos, DD.HH.

La gestión de la diversidad proviene del análisis de la gestión del denominado “capital humano” de la empresa. Aunque se aplica preferiblemente a empresas con proyección internacional y/o exportadora, también se fundamenta en la multiculturalidad de la que gozan la mayoría de los países europeos y en desarrollo y que constituyen para la empresa sus clientes potenciales.

Respecto a la diversidad en el contexto global, encontramos la siguiente información relevante:

  • El 52% de la población es femenina.
  • El 10% de la población es blanca, el 90% la componen gente de color.
  • El islamismo es la religión más practicada.
  • El 10% de la población tiene algún tipo de discapacidad.
  • El mandarín es el idioma materno más hablado, seguido del español.
  • El inglés es el idioma más hablado en los negocios.

En este punto, es conveniente recordar los dos primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Son los siguientes:

Artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Artículo 2: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía”.

Por todo ello, una adecuada gestión de la diversidad pasa por tener en cuenta estos aspectos:

  • No discriminar por género, raza/etnia, religión, edad, idioma, nacionalidad o cultura.
  • No discriminar por discapacidad o falta de capacidad.
  • No discriminar por pertenecer a una minoría o a un grupo en riesgo de exclusión.
  • No discriminar por forma de pensamiento, opinión o inclinación política.

Si a los aspectos anteriores le añadimos un elemento fundamental de la gestión a partir de la RSE, la gestión de los grupos de interés, a partir de su interacción, relación y comunicación, la empresa se dotará de elementos “a partir de la diversidad” para conocer mejor la realidad multicultural que le rodea, gracias a la aportación de sus grupos de interés, internos y externos.

Y desde Responsablia, como actor social, apoyamos la inclusión de la gestión de la diversidad en las empresas, más allá del mero cumplimiento normativo (por ejemplo, el que hace referencia en España a la inclusión de personal discapacitado en la empresa).

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