La vocación de la empresa

La nueva empresa, la que surge en la era de la sostenibilidad, es vocacional. Implica que no sólo se limitará en cumplir con la comercialización y venta de sus productos y/o servicios y, como contrapartida, obtener beneficios económicos por su actividad. La vocación de la empresa supone un alineamiento con los gustos, los intereses y las aptitudes de las personas con las que se relaciona, agrupadas en grupos de interés.
La vocación de la empresa se determina en tres elementos que son dependientes entre sí: la visión, la misión y los valores de la empresa.
La visión supone la meta perseguida por la empresa, su proyección en el tiempo, su sostenibilidad. Sería la definición, logro y éxito de lo que la empresa considera que es su vocación. Es su finalidad.
La misión nos sugiere los medios, cómo conseguir alcanzar los logros, los fines y el éxito vocacional perseguido. Suponen la definición de las tareas que conforman su actividad, incluyendo cómo llevarlas a cabo y su alcance.
Los valores suponen, a su vez, el modo de actuar, de relacionarse, de comportarse y de interactuar, tanto a nivel interno como a nivel externo. Es la guía que rige la conducta de la empresa, que la hace única y diferente.
La vocación de la empresa se detalla mediante su identidad y su cultura empresarial. Ambas se desarrollan con la visión, la misión y los valores. Y las personas que forman parte de ella deben acoger y adoptar dicha identidad y cultura en el desarrollo de su ejercicio profesional y en su actividad laboral. Y ambas se deben proyectar y comunicar al exterior, para ser percibidas.
La vocación, según el diccionario de la Real Academia, es “la inclinación a cualquier estado, profesión o carrera”. Por lo tanto, la vocación de la empresa es a lo que se dedica, pero con una triple dimensión que le proporciona su identidad y su cultura:

  1. La dimensión del fin perseguido, incluyendo el reconocimiento del logro alcanzado.
  2. La dimensión de los medios utilizados, utilizando como timón la mejora continua.
  3. La dimensión de la conducta empleada, con el mínimo exigible de la responsabilidad.

Por lo tanto, la nueva empresa, la que emerge en la era de la sostenibilidad, aquí denominada “empresa disponible”, es una empresa vocacional. Para explicar y comunicar su vocación, lo detalla mediante la definición de su identidad y de su cultura, que se componen, como mínimo, de la visión, la misión y los valores con los que la empresa se compromete.
A todo ello se le puede incorporar un código deontológico, o un código de conducta, o un código ético o un código de buenas prácticas. Incluso una declaración de intenciones y de respeto a los derechos humanos fundamentales. Pero desde la óptica de la “empresa disponible” supone el tener bien definidos los tres elementos anteriores, como un compromiso mínimo ante la sociedad y el medio natural.

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