La nueva empresa, que emerge en la nueva era, la denominada era de la sostenibilidad, tiene que cubrir sus necesidades. Por analogía a la muy conocida teoría de Maslow, con su “pirámide” a partir de la jerarquía de las necesidades humanas, se puede establecer otra pirámide aplicada a la nueva empresa, aquí conocida como “empresa disponible”.
Se proponen una serie de necesidades que la nueva empresa debe cubrir y satisfacer, para poder perdurar en el tiempo. El orden es similar al ya conocido, primero se indican las básicas o primordiales y, en la cúspide, encontramos la necesidad de innovar.
Definimos las siguientes necesidades de la nueva empresa:
- Rentabilidad: obtención de beneficios, retorno de la inversión y ganancias.
- Legalidad: cumplimiento legal, jurídico, contable, fiscal, laboral, buen gobierno, etc.
- Colaboración: generación de sinergias, joint-venture, acuerdos, mecenazgo, etc.
- Sostenibilidad: aplicación de la RSE, código deontológico, Derechos Humanos, etc.
- Innovación: gestión del cambio, liderazgo, mejora continua, investigación, etc.
Los 3 primeros niveles de necesidad se les podría denominar “necesidad de crecer”, y los 2 siguientes niveles como “necesidad de permanecer”.
Asimismo se proponen una serie de actividades, acciones y responsabilidades de gestión que la nueva empresa puede realizar para optimizar el logro de cada necesidad planteada:
- Optimizar gastos, diversificar ingresos, gestión de riesgos, inversión, acciones de marketing, etc.
- Figura del compliance, comunicación interna y externa (gestión de los grupos de interés), etc.
- Relaciones Públicas e Institucionales, formación, acción social, voluntariado corporativo, etc.
- Definir la identidad y la cultura corporativas, gestión ética, memoria de sostenibilidad, etc.
- Inversión en I+D+i, innovación responsable (+R), laboratorio de ideas, brainstorming diario, etc.
Se podría interpretar que la RSE y la sostenibilidad aparecen sólo a partir del nivel 4, una vez satisfechos los 3 primeros niveles de cobertura de las necesidades de la empresa. Según se entiende desde aquí, ya aparecen elementos de sostenibilidad desde el mismo nivel 1, como es el de la gestión de los riesgos. En el nivel 2 tenemos la gestión de los grupos de interés y en el nivel 3 encontramos las acción social y el voluntariado corporativo, así como el mecenazgo.
Y gracias al cumplimiento integral de la necesidad de “ser sostenible mediante la incorporación de la RSE en la gestión de la nueva empresa”, cuyo alcance es siempre a nivel estratégico, es decir, que afecta a toda la organización y su cadena de valor, la empresa está en condiciones óptimas de poder innovar, aspecto culminante de la realización plena de la empresa como “actor social”.
La nueva empresa es innovadora como uno de sus elementos definitorios, forma parte de su columna vertebral, y para ello adopta como norma de funcionamiento la mejora continua y se adapta al cambio de forma permanente. Ello implica que, como paso previo, adopta la RSE y la sostenibilidad en su gestión, con elementos que surgen desde el inicio de su actividad, como se ha interpretado desde esta propuesta.