El nuevo ciudadano, el que emerge en la era de la sostenibilidad, se le ha denominado desde aquí “ciudadano moral”. Es preciso recordar que la moral es una ciencia que estudia el bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. También es conveniente recordar que la moral se estudia desde la ética, pues la ética es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. Y tenemos que la filosofía representa un conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.
Por lo tanto, se puede consensuar que el nuevo ciudadano tiene un razonamiento en su comportamiento orientado hacia la bondad, la cual tiene una triple vertiente:
- Dirigida a su modo de pensar, como norma conductual última.
- Dirigida a las personas con las que se relaciona.
- Dirigida al medio natural con el que se desarrolla.
Se propone el concepto de “eticismo”, como el código en el que se basa el razonamiento sobre el que el nuevo ciudadano fundamenta su conducta y comportamiento. Una propuesta de código, en forma de decálogo de valores (serían duales, en el sentido de que se retroalimentan y apoyan mutuamente), contemplados desde la óptica de asunción de compromisos por parte del nuevo ciudadano, podría ser la que sigue:
- Bondad y humildad: ver el lado bueno de las cosas, ver el vaso medio lleno, ser positivo.
- Sinceridad e integridad: la transparencia y el alineamiento entre lo que se piensa y se hace.
- Comprensión y paciencia: adoptar la empatía, valorar las circunstancias y el contexto.
- Entusiasmo y alegría: optimismo, predisposición a la generación de buen clima y relación.
- Credibilidad y confianza: sería la suma de todo lo comentado hasta ahora.
- Honestidad y honradez: valorar la equidad, la justicia y el buen hacer en el trato.
- Respeto y tolerancia: no hacer distinción por pensar o ser diferente, dialogar y convivir.
- Solidaridad y generosidad: vocación de ayuda, de colaboración y de magnanimidad.
- Creatividad y aprendizaje: innovador, se adapta al cambio, exige sabiduría y conocimiento.
- Social y amistoso: ver el lado bueno de las personas, ser optimista y constructivo.
Los 5 primeros serían valores duales aplicados al modo de pensar del nuevo ciudadano, mientras que los 5 siguientes serían valores duales aplicados a su relación con las personas con las que convive y se relaciona. Se podría añadir un nuevo valor dual, aplicado a su relación con el medio natural con el que el nuevo ciudadano se desarrolla. Se propone el siguiente:
- Ecológico y sostenible: respetuoso con el medio ambiente, optimiza los recursos naturales que disfruta, gestiona los residuos que genera, evalúa los riesgos ambientales y, en definitiva, se preocupa por el impacto que conlleva su actividad al medio natural.
A modo de compendio de todos los valores indicados, encontramos el valor que los aglutina:
- Responsable: el nuevo ciudadano se preocupa, está atento y razona todo lo que hace o decide.