3.- El futuro de la RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad: a nivel interno de la organización
Millones de personas están confinadas en sus casas con un nivel de incertidumbre probablemente jamás vivido, cuando no desesperación por haber perdido o ver seriamente amenazado su puesto de trabajo.
Esta amenaza no será inmediata, al menos en el caso de España, ya que se han tomado medidas para evitarlo, pero son medidas a corto plazo.
La incertidumbre es sobre todo para el 2021, y los años sucesivos. Cómo la conciencia colectiva de esos millones de personas, trabajadores, pero también consumidores, usuarios y compradores de productos y servicios que fabrican y proveen las empresas, puede hacer cambiar el paradigma del consumismo como se conocía hasta ahora.
En este artículo vamos a analizar la primera dimensión, la que afecta a los trabajadores. En el artículo siguiente veremos la segunda dimensión, la de los clientes y otros grupos de interés externos.
Cuando se vuelva a la normalidad, de forma paulatina pero constante, tomando para ello todas las medidas de prevención que correspondan, se deberán tomar muchas decisiones en las empresas, ya que todos los planes anuales previstos habrán quedado obsoletos.
Es el momento de repensar no sólo presupuestos para el año 2020, sino una nueva estrategia para los próximos años. La pandemia lo ha cambiado todo. Y es ahora cuando hay que aprovechar las bondades de la RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad.
En un primer momento, se aconseja mantener todos los puestos de trabajo que existían antes de la pandemia, comunicarlo como un valor de la empresa, para generar credibilidad, el elemento fundamental para la generación del principal valor intangible de la organización: la confianza.
Para optimizar recursos, habrá que apostar de forma más decidida por la opción del teletrabajo, en todos los negocios en que esta herramienta de gestión sea viable. Ya se ha utilizado como banco de pruebas durante la pandemia, y se ha demostrado eficaz.
También hay que añadir las videoconferencias, que serán imprescindibles en el tránsito hasta la normalidad en los próximos meses.
Se deberá potenciar la digitalización, el e-commerce y el big-data, ya que creemos que se van a incrementar las interacciones por internet y las redes sociales, para evitar también el contacto humano. Ello implicará una reorganización interna, con una formación adecuada en función de estas nuevas necesidades.
Todas estas medidas pueden suponer una oportunidad para uno de los programas de RS&S internos más importantes para las empresas: el Plan de Conciliación (de la vida laboral con la vida familiar y personal). Este Plan de verá favorecido por los aspectos antes comentados, pero no será equitativo si no existe una formación en corresponsabilidad en las funciones domésticas, es decir, sin distinción de género. Es un camino que hay que acometer sin dilación.
Aunque existe una normativa en España que lo desarrolla, todavía hay muchas empresas y organizaciones que tienen pendiente el desarrollo de otro programa interno de RS&S, el Plan de Igualdad. En época de toma de decisiones, hay que tenerlo muy presente, ya que va estrechamente ligado con el programa anterior de conciliación y corresponsabilidad.
Para que ambos programas tengan éxito, deben ir acompañados de una formación que explique de forma clara los objetivos que se persiguen con estas medidas, generando con ello una nueva cultura interna.
Pero si hay un programa que sale muy beneficiado por lo acontecido por la pandemia, es sin duda el Plan de Prevención (o Plan de Seguridad y Salud).
Muchos gestores de empresas han considerado este programa como un gasto y no como una inversión, a pesar de que existen numerosos estudios que certifican que, por cada euro invertido en prevención, existe un rendimiento de 2,5 euros. Sólo una visión cortoplacista en el que se minimizan los gastos para maximizar los beneficios, hace que no se tenga en cuenta este aspecto tan crucial.
Y lo curioso es que existe una ingente normativa al respecto, que se amplía según el grado de peligrosidad de las actividades que se desarrollan, o al menos debería ser así, pues a veces salen a la luz casos inadmisibles de accidentes laborales como el reciente acaecido en una planta petroquímica ubicada en la provincia de Tarragona.
Desde Responsablia siempre hemos considerado como “una línea roja” a la Prevención de Riesgos Laborales, y creemos que, a raíz de la eclosión de la pandemia, la población en general y los trabajadores en particular, han descubierto la importancia que supone, por ejemplo, los EPIs, Equipos de Protección individual. Pero lo verdaderamente importante es desarrollar una cultura preventiva, como un elemento que forme parte de la cultura interna de las empresas.
Por último, por lo que a la dirección de la empresa se refiere, hay que considerar la utilización de los datos para una mejor toma de decisiones. También afecta a lo público, ya que, por ejemplo, se ha demostrado que los países que han respondido de forma más eficaz ante la pandemia lo han hecho apoyados en más y mejores datos para el control de las infecciones, poniendo a Corea del Sur, Taiwán o Hong Kong como referentes en esta materia.
Además, proponemos considerar dos aspectos adicionales: la previsión de diferentes escenarios con sus diferentes planes de contingencia y un replanteamiento absoluto de las retribuciones variables por consecución de objetivos al equipo directivo. Proponemos determinar unos objetivos compartidos por toda la dirección, dando mayor importancia a los intangibles (siempre se pueden tangibilizar, es decir, monetizar), y éstos son los que emanan de la RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad. Ejemplos de ello serían el número de accidentes, absentismo, clima laboral, satisfacción laboral, rotación del personal, atracción del talento, etc.