RSC = RESPONSABILIDAD SOCIAL POR EL CORONAVIRUS – REDEFINIENDO EL PAPEL DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL POR LA PANDEMIA (4/6)

4.- El futuro de la RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad: a nivel externo de la organización

Ya se comentó en el artículo anterior cómo la pandemia ha provocado graves consecuencias en la economía y en la sociedad. Si añadimos las consecuencias positivas provocadas en el planeta, todo ello sumado puede hacer cambiar el paradigma basado en un consumismo sin freno que se venía desarrollando hasta la aparición de la pandemia.

Ésta ha provocado el confinamiento generalizado de la población, primero en varios países de Asia, luego en Europa y Estados Unidos, finalmente en Latinoamérica (y seguro afectará también a África); se ha reducido de forma muy importante el consumo de energía y, en especial, la quema de combustibles fósiles.

En este sentido, estos días hemos observado mapas de imágenes satelitales mostrando una muy significativa reducción de contaminantes en las ciudades de China y posteriormente también en Europa. Por poner un ejemplo, en China las medidas para contener el virus durante el mes de febrero de 2020 han supuesto una reducción de cerca de 200 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo cual es una cifra comparable a las emisiones de un país como España en todo un año (España emitió en 2019 un total de 285 millones de toneladas). Entre los meses de febrero y marzo han sido numerosos los países del mundo que han visto drásticamente reducidas sus emisiones de gases de efecto invernadero.

También hemos tenido constancia de otras noticias positivas, como la recuperación de las calles de ciudades por fauna salvaje, con numerosos ejemplos (los canales de Venecia recuperando su vida acuática, delfines visitando puertos de Cerdeña, ciervos paseando por calles desiertas de varias ciudades, etc.). Los efectos positivos a corto plazo que estamos viendo en el medio ambiente hoy, deberían servir para recordarnos, que cambiar los hábitos de consumo personal es posible y que tiene un impacto casi inmediato en la recuperación de los ecosistemas.

Esta circunstancia global que estamos viviendo, es una oportunidad para el despertar hacia una consciencia social más profunda, hacia la idea de que la Tierra nos está dando una señal de que nuestro actual modelo económico estaba asentado en un paradigma totalmente equivocado, por un grado de consumo excesivo de lo material, con pautas totalmente alejadas de las leyes de la naturaleza y que, por tanto, urge cambiar el rumbo para proteger nuestro planeta.

Creemos que ha habido un aprendizaje, en gran parte gracias a la obtención de estos datos, con estas certezas medioambientales y esta reacción planetaria. Por ello es altamente recomendable que se potencie un liderazgo por parte de las empresas, y luego materializarlo con diferentes alianzas y sinergias con el sector público, entidades del tercer sector y del conocimiento y de la ciencia. Ya se ha demostrado este hecho durante la pandemia, adecuando líneas de producción de diferentes empresas para proveer de productos sanitarios, con la colaboración de diferentes entidades de sectores diversos.

Ya se estaban atisbando nuevas conductas de las nuevas generaciones, en especial, los millenials, nacidos entre los años 1981 y 1996, con una menor predisposición a la compra y utilización de productos, y una mayor predisposición al uso y a la compartición.

Estamos hablando de repensar los modelos de producción porque es probable que se acentúe el cambio del modelo de consumo, motivado por la pandemia.

Ello supone una oportunidad para el desarrollo decidido por parte de las empresas de la RS&S, Responsabilidad Social & Sostenibilidad. Este desarrollo llevará consigo un doble objetivo: obtener una reputación corporativa e imagen de marca aceptadas por la sociedad, es decir, con el otorgamiento de la denominada “licencia social para operar”.

Creemos que existen dos elementos de gestión fundamentales para llevarlo a cabo: la ética y la transparencia. Ambos se deben trasladar a la debida rendición de cuentas, para así poder alcanzar el doble objetivo mencionado en el párrafo anterior.

Bajo este contexto, consideramos vital revisar la gestión eficiente de los diferentes grupos de interés con los que la empresa se relaciona, pues hay que actualizar su priorización a partir de su conocimiento (expectativas, necesidades, requerimientos, anhelos, motivaciones, exigencias, actitudes, comportamientos), el cual puede haber variado con mayor o menor intensidad a causa de la pandemia.

Por otro lado, y también bajo este nuevo contexto, creemos que supone una oportunidad para apostar decididamente por la denominada “innovación responsable y sostenible”. En la medida de lo posible, hay que pensar en nuevas líneas de negocio que incorporen los aspectos de responsabilidad (motivada por riesgos sanitarios -como la pandemia-, los riesgos climáticos, los riesgos migratorios, etc.), y los aspectos de sostenibilidad (aspectos tales como el uso de energías renovables, la economía circular, el uso eficiente del agua, productos fabricados con mínima huella ecológica, etc.).

Ya ha habido un ensayo general de estas propuestas que se plantean para el futuro, como ha sido la gestión y la respuesta dada ante la magnitud de la pandemia por las diferentes instituciones públicas, por el sector privado, por el tercer sector y por el área del conocimiento y la ciencia.

Y se han observado efectos muy visibles, cómo los ambientales antes mencionados; las diferentes colaboraciones prestadas entre diversas entidades y empresas; la potenciación del teletrabajo, el e-learning o el e-commerce; la solidaridad a partir de la vertebración de las entidades promovidas por la sociedad civil, etc.

Estas variables de índole externo, junto con las variables de índole interno comentadas en el artículo anterior, deben de tenerse en cuenta en el replanteamiento de las decisiones a tomar para planificar el futuro “post-pandemia” de las empresas.

Entre otras, las decisiones relativas a:

  • Presupuestos e inversiones: valorar cambios de priorización.
  • Nuevas líneas de negocio: a través de la innovación responsable y sostenible.
  • Redefinición de objetivos: apostar por los intangibles.
  • Gobernanza: afianzar la ética y la transparencia.
  • Alianzas: apostar por el conocimiento y la ciencia.
  • Impacto: valorar el impacto económico, social y ambiental.
  • Rendición de cuentas: su aceptación por la sociedad (grupos de interés).

=> Generar credibilidad y confianza => Reputación corporativa e imagen de marca positivas y aceptadas.

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